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" "Viva la Vida", disco que contiene la canción buenrollera por excelencia, "Lovers in Japan" es decir, "la canción de los semaforos en verde". "
Con una de las seguridades que, aunque no se ha ido, se ha visto desplazada un pelín más lejos de mi alcance, (la de la 2228 el año pasado), tuve una de las conversaciones paranoicas más fructíferas que he tenido en mucho tiempo, la del analisis del "Viva la vida". Y es que, tumbados a la bartola una soleada (y asfixiante) mañana de junio, nos dió por pensar que el desarrollo del disco era paralelo al desarrollo de una persona, y cada corte, una etapa, todo relacionado con la música, la letra y/o los títulos de las pistas. Desde el inicio del disco, con el nacimiento (Life in technicolor) hasta el fin, con la muerte (Death and all his friends) pasando por la adolescencia (Lost!) el enamoramiento, etc... e incluso un "Bonus track" a modo de epílogo (The escapist) en el que el alma "se escapa", sólo para volver a dónde habia empezado, es decir, de nuevo a la primera canción. Reencarnación. Retorno.
"And in the end, we lie awake, and we dream, we'll make an escape..."

"Un disco puesto en un pasillo las 24 horas del día, ¿quién dijo cansinas?"
Si el Viva la vida es un claro reflejo de la vida, para mi, La ley innata, es un claro canto al amor. A las relaciones, en todo los sentidos, con todos sus matices, con todos los momentos (mejor dicho, con todos los movimientos) que intervienen en ellas. Mezclando momentos íntimos, a veces alegres, a veces tristes, hermosos, con momentos sucios y bruscos como un polvo, tiernos y complices, a veces todo mezclado en un amasijo que los Extremo manejan con maestría, saltando de un sentimiento a otro con una estrofa, con un cambio de ritmo, en una música en la que cabe desde la magnifica guitarra de uoho hasta violines, oboes, violoncellos, trompetas, flautas y pianos.
Amargo lamento de las injusticias del mundo, y del amor como única esperanza para no mandarlo todo zurrir mierdas con un látigo. Toda una maraña de sentimientos, de locuras, bajadas y subidas trenzadas alrededor de una única verdad, de una ley innata que lo mantiene todo en pie:
"Buscando mi destino, viviendo en diferido sin ser, ni oír, ni dar. Y a cobro revertido quisiera hablar contigo, y así sintonizar."
Quizás despues de todo, si que halla alguna que otra seguridad. Viva la vida, si señor.